Los dioses de las pequeñas casualidades han hecho posible que el Vinalia Trippers, en el que escribo un cuento inspirado por la colleja de Rajoy a su hijo, llegue justo al día siguiente de la aparición del presidente, o eso, en El hormiguero (que es donde debía estar, pero literalmente, en vez de recibiendo masajitos, un presidente, o eso, como este que apoya al ministro conspirador si este fuera un país con buena salud democrática).
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