Vicente Muñoz publica ‘Helter Skelter’, un viaje hacia el lado más salvaje de la humanidad.
Vinalia cumple veinte años con un nuevo número de su fanzine, el número catorce, que en esta ocasión se zambulle en el universo caótico de quienes transitan por las cunetas de la sociedad
Diario de León / Filandón / 22/05/2016
Cristina Fanjul
En los meses anteriores a los asesinatos de Sharon Tate y otras seis personas, Charles Manson solía hablar acerca de Helter Skelter, una guerra apocalíptica que se produciría a causa de las tensiones raciales entre blancos y negros... Ahora, cuarenta y cinco años después, Vicente Muñoz regresa al lugar del crimen para celebrar el vigésimo aniversario de Vinalia. Helter Skelter, 150 páginas sobre Psychokillers es el título del nuevo fanzine de la factoría más underground de León, un monográfico sobre asesinos en serie, al que estos particulares viajeros han añadido dos subgéneros cinematográficos paralelos: los slashers y los giallos. ¿Qué es lo que puede llevar a alguien a cometer tantos y tan espantosos crímenes?. Esta pregunta la han respondido cada uno de los tripulantes que, una vez más, se han sumergido en sus propios fantasmas para alumbrar la que Vicente Muñoz califica de «espeluznante selección de relatos y poemash».
Alfonso Xen Rabanal, Silvia D. Chica, Pepe Pereza, Gabriel Oca, Ana Curra... medio centenar de escritores recrean sus miedos en otros tantos relatos ilustrados por artistas como Martín, Mik Baro, Toño Benavides, que firma la portada, o Santos Perandones.
Tributo a Jororowsky
Recuerda Silvia D. Chica, coordinadora del suplemento de poesía Santa Sangre, los principios de este viaje cuando, veinte años atrás, se imprimió el primer fanzine con dos relatos: Las Setas y Aura Roja... «Unas moscas de corta, pega y fotocopia, una llamativa portada y una enorme dosis de ilusión», destaca la autora, que advierte a los lectores de las alimañas descarnadas de la noche. El título que da voz al libro recoge la visión del psicoanálisis que Jodorowsky vertió en la película del mismo nombre, una suerte de dramatización que recorre la infancia de un joven que acaba en un psiquiátrico. Y es que el mal es, también, un síntoma de la enfermedad social.
Vicente Muñoz ha recuperado para el fanzine El despellejador, un cuento de Mi vida en la penumbra, aquel brillante libro de relatos que publicó en 2008 y que condensa de manera magistral el tono inquietante de las mejores historias del género.
Santos Perandones ha ingeniado el booktrailer del libro, un sangriento corto que nos introduce en la estética que preside el proyecto.
Con este nuevo número, Vicente Muñoz demuestra que la cultura (también) puede salirse de los cauces de lo comercial, porque, como él mismo repite, lo que él hace es literatura de las cuatro ‘pes’: porno, punk, pulp y pop.
Fue en 1996 cuando Vicente Muñoz y Alfonso Xen Rabanal pusieron en marcha una revista que desarrollara los mundos literarios que ellos creían desatendidos y para los que, por entonces, no encontraban plataforma. Aquel fue el comienzo de Vinalia, un fanzine «de corte subterráneo, literatura ilustrada de difícil salida, políticamente incorrecta por temática, estética e ideología». Un pequeño equipo integrado por ellos dos, Silvia Díaz Chica, Cusco y, poco después, Rodrigo Córdoba demostró que el mundo es más ancho del que se mueve entre los cauces de la convencionalidad.
La primera fase del Vinalia se prolongó hasta el 2005. Fueron diez números que marcaron época. En sus páginas crecieron escritores que luego se convertirían en estrellas, como Hernán Migoya, e ilustradores como Miguel Ángel Martín y Toño Benavides. Fueron capaces de crecer porque fabularon con todo lo que quisieron, sin censura ni cortapisas de ningún tipo. Para todos ellos, Vinalia fue una nave hacia lo desconocido. Eran tripulantes de algo cuyo alcance no eran capaces de intuir. Fue su campo de pruebas, su laboratorio creativo. «Realizamos mucho más. Durante aquellos años incluso fuimos capaces de poner en marcha encuentros de editores independientes y de todo ello surgieron inmensas posibilidades de colaboración», recuerda Vicente Muñoz. Y es que los fanzines nacieron empapados de la tradición pulp norteamericana, del realismo sucio, del porno y la ‘literatura de la noche’. Pocos eran los que por aquel entonces se atrevían a arriesgar tanto. Sin embargo, ellos lo hicieron, y lo hicieron sin red. «No quisimos recibir subvenciones ni patrocinios; no queríamos atarnos a ninguna editorial que pudiera marcarnos el paso», recuerda.
Vicente Muñoz presentó este nuevo fanzine con su legión de tripulantes el pasado viernes y en septiembre volverán a conquistar Madrid, una ciudad que nunca les falla. Con Spanish quinqui barrieron, literalmente. Las revistas se agotaron en todos los puntos de venta de Madrid y Barcelona, en una demostración de que no hay nada que pueda competir con la nostalgia. «La acogida fue asombrosa», recuerda Vicente Muñoz, que sostiene que el recuerdo de la España de los años setenta causó sensación. Pues que se repita...
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