martes, 2 de agosto de 2011

GOLPE TOTAL by Julio César Álvarez



León tiene algo. Cualquiera lo puede notar. Será el agua, el aire o el sabor huidizo y lúbrico de la cerveza y el vino que se sirve mucho a las noches frías. Lo digo por la cantidad de escritores que pueblan esta ciudad fantasma, ahora extraña y hermosamente vacía en verano. Y muchos y muy buenos aparecen en el fanzine de fanzines, la revista madre del underground cazurro, el inestimable Vinalia Trippers que, con un nuevo número, vuelve a las manos de todos los que leemos mucho. Un objeto literario que cualquier otra ciudad ansiaría tener como propio. De nuevo, Vicente Muñóz, Xen Rabanal y Silvia D. Chica (vaya tres gigantes descomunalmente humildes) se han vuelto a marcar otro golpe total. Porque entre sus páginas se esconden y brillan algunos de los nombres que acabarán por aparecer en esa historia profana que es la literatura leonesa. Y pienso en Mr. Zapico y en su ingenio ilimitado, como de gasoil, o en ese joven eterno que es Luis Miguel Rabanal, o en esa otra subversión apasionada (curiosamente, un escritor que dibuja) que es Miguel Angel Martín. Y esto sólo por encender la mecha. Aquí los autores de calidad se nos escapan de las manos. Y si no, pues se hacen más revistas y más libros, que por papel no sea.
Por que aquí también se fabrica The Children´s Book of American Birds, ese otro imperio del buen gusto con hacedores de poemas o prosas breves que dejan ausentes a las chicas guapas con ojeras. Y por allí sacan cabeza Alberto R. Torices o el pelazo ágil de Saravia. Y estimulan lo mejor de Yago y su cosmogonía de ensayo irónico, además del sabor frío, norteño y delicado de Sergio Santa Cruz o esa promesa (más que una promesa) que es el bueno de Álvaro Acebes, al que todos hemos aceptado como un hermano pequeño muy alto y muy listo. Pero ya digo, aquí hay tanto talento que es fácil dejarse a alguno olvidado (que me perdonen,please). Por que luego está Luis Artigue y su producción infatigable, Eloisa y los poemas inconscientes que le huyen de la boca, o Raquel Lanseros y su poética vital, o Jorge Pascual y su diaria intensidad en todo, Silvia Zayas que busca lo auténtico en cualquier palabra pronunciada, o también, desde lejos, el silencio creador de alturas que es Javi Llamazares. Hay tantos y tantas, que comienzo uno a pensar que que aquí se hace un extraño experimento, un Perdidos (todos los escritores están perdidos) que acabará por explicar a todos qué es lo que de verdad ocurre en este valle hundido, ese misterio del porqué de tantos escritores en tan poco espacio.Vamos, que si no leen buena literatura en esta ciudad, es porque no les da la gana. No pongan más excusas.
Julio César Álvarez, en La piel del reptil.

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