este sábado pasado se había convocado en la casa de los jacintos a la palabra mordaz, incisiva, hiriente; al verso libre despojado de pictogramas; a la letra cursiva y su delirio; a la sensatez juvenil de la tachadura, de la chaladura; a la conjura y el complot del juego y la poesía, al relato friki y a sus subterfugios; al espíritu preciso de tu risa y de la mía. y es que todo es necesario para despertar a una pared dormida, a un oído tapado, o a cada una de las letras que se aprietan en el abecedario. había una musa marcando un suspiro y arbitrando el horizonte; un perrolápiz, la cola de un caballo…marcianos varios. aterrizaron los vinalia y nos hartamos de tierra, pura. a golpe de violín y las cuatro cuerdas de una enorme lata de sardinas se dio comienzo al show; nuevas caras, amigos de siempre y para siempre entre los extraterrestres. me caí del sueño y había muerto labordeta.
Gsus Bonilla
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